Sostenibilidad: la última tendencia a seguir

La sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental nos preocupan a todos, y las marcas no son una excepción. Además, su estrategia y actividades tienen un enorme poder para influir en el comportamiento de los consumidores y crear hábitos de conducta deseables en el contexto de la política medioambiental. Las marcas inteligentes están reaccionando con rapidez, tomando las medidas necesarias para cumplir las expectativas de los consumidores, y contribuir a mejorar el medio ambiente así como mejorar su reputación.

Modernas, atractivas y responsables. Son palabras que se asocian con frecuencia a las marcas que utilizan estrategias ecológicas sostenibles a largo plazo. Y aquí nos gustaría hacer hincapié en el largo plazo. Una sola acción no bastará para distinguirse como «green». La promesa medioambiental debe estar profundamente arraigada en la cultura corporativa, los valores y los objetivos de la marca, y debe cumplirse. Si falla, hemos entrado en el desagradable territorio del «greenwashing».

¿Cuándo se da el «greenwashing»?

El greenwashing se refiere a las etiquetas o afirmaciones que representan un enfoque ecológico pero que dan al consumidor una falsa imagen de un producto, servicio o actividad. Nuestras queridas etiquetas ecológicas, como eco-friendly, bio, 100% biodegradable, etc., que se ocultan detrás de los envases de los productos, pueden no ser tan inocentes como pensábamos. ¿A quién culpamos entonces? La elaborada logística de marketing ha vuelto a engañar a los clientes, sin ningún certificado que respalde esas bonitas palabras. Igualmente engañosa es la afirmación en la etiqueta que dice que es un producto 100% reciclable, cuando en realidad sólo el envase es 100% reciclable.

Otro excelente ejemplo es un anuncio del limpiacristales Windex que promociona por primera vez una botella fabricada con plástico 100% reciclado extraído del fondo del océano. Extraordinario, pensará usted.
Sin embargo, esta afirmación es engañosa. El plástico de estas botellas procede en realidad de los llamados bancos de plástico de Haití, Filipinas e Indonesia. Además, los fabricantes etiquetan Windex como no tóxico, lo que se ha demostrado que es una declaración falsa tras varias demandas. Por si fuera poco, se ha demostrado que los de Windex contienen ingredientes nocivos para los seres humanos, los animales y el medio ambiente.

Fuente de información: plasticstoday.com

El Lado feo del greenwashing

El greenwashing se presenta de muchas formas. Por ejemplo, el enfoque medioambiental de una marca es irrelevante si sólo vende un producto que no daña el medio ambiente y lo exhibe en público, encubriendo el hecho de que el resto de sus productos tienen un impacto negativo notable en el medio ambienteEl mismo efecto de «greenwashing» puede encontrarse no sólo en los propios productos, sino también en las diversas actividades de la marca.

El gigante estadounidense Walmart ha dado en el clavo con su amplia campaña de sostenibilidad. Una vez más, la actitud de «la marca es lo primero». Según el Institute for Local Self-Reliance, la campaña de Walmart ha hecho más por mejorar su imagen corporativa que por el propio medio ambiente. A pesar de los ambiciosos objetivos medioambientales de la campaña, Walmart sólo genera el 2% de la electricidad de los Estados Unidos a partir de fuentes eólicas y solares. Además, la marca patrocina regularmente a políticos que no ven la protección del medio ambiente como un tema que deba tratarse con urgencia.

Starbucks, la mayor cadena de cafeterías del mundo, también se ha esforzado por satisfacer las expectativas ecológicas de los clientes. Sin embargo, en un intento de unirse al movimiento para prohibir los plásticos de un solo uso al igual que las pajitas de plástico, ha ideado una solución cuestionable. La empresa ha creado una tapa especial con la que se puede beber sin necesidad de utilizar una pajita. ¿Y puedes adivinar de qué material están hechas estas tapas? Pues sí, de plástico, nuestro viejo enemigo. Según Reason Foundation, en la fabricación de este tipo de tapas se utiliza más plástico que en la pajita original.

Source: eater.com

Caer bajo la sospecha de greenwashing es algo grave y sin duda perjudica la reputación de la marca. La mayor pérdida, en este caso, es la falta de confianza del cuál las marcas no se podrán recuperar. Considera cuidadosamente tu próximo movimiento ecológico. Ser realmente transparente y respetuoso con el medio ambiente tanto para nosotros como para las próximas generaciones.